CDMX.- El dar a luz trae consigo muchos cambios cambios físicos y emocionales por lo que es común que durante las primeras semanas y meses las mujeres experimenten altibajos, sin embargo, muchas de ellas presentan sentimientos de depresión y ansiedad que les impide disfrutar la llegada de sus bebés. Cuando el tipo de depresión es más grave y su duración es prolongada, estamos hablando de: depresión posparto.
Según datos de Laura Elena Navarrete Reyes, investigadora en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM), en México dos de cada 10 mujeres desarrollan depresión posparto durante el embarazo y un año después de dar a luz, además, el 75% de ellas no so diagnosticadas.
Este tipo de depresión representa un problema de salud importante es por ello que cobra relevancia el estudio “Anxiety-focused cognitive behavioral therapy delivered by non-specialists to prevent postnatal depression: A randomized, phase 3 trial”, financiado por los Institutos Nacionales de Salud (INH, por sus siglas en inglés) de EE.UU., donde se comprobó que: un intervención enfocada en la ansiedad que se proporcionó a mujeres embarazadas que residen en Pakistán, redujo de manera significativa la probabilidad de que desarrollaran ansiedad, depresión o ambas de manera grave, tras seis semanas posteriores al parto.
No especialistas podrían ser de gran ayuda para dar atención a las mujeres de entornos de bajos recursos
La intervención única se administró por proveedores no especializados que tenían el equivalente a una licenciatura en psicología y sin experiencia clínica. Las conclusiones obtenidas sugieren que podría ser una herramienta eficaz para prevenir el desarrollo de problemas de salud mental posparto en mujeres que viven en en entornos de bajos recursos.
“En entornos de bajos recursos, puede resultar difícil para las mujeres acceder a la atención de salud mental debido a la escasez mundial de especialistas capacitados en salud mental”, comentó Joshua A. Gordon, MD, Ph.D., Director del Instituto Nacional de Salud Mental., parte de los NIH. Agregó que, la investigación prueba que los no especialistas podrían contribuir a llenar ese vacío al proporcionar atención a más mujeres durante ese período crítico.
El estudio, dirigido por Pamela J. Surkan, Ph.D., Sc.D., de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, Baltimore, se llevo a cabo en la provincia de Punjab de Pakistán de abril del año 2029 hasta enero de 2022.
Los investigadores evaluaron a mujeres embarazadas con leves signos de depresión divididas en dos grupos: 380 féminas que recibieron un programa cognitivo denominado Intervención Basado en Terapia Conductual (TCC, por sus siglas en inglés) y 375 que recibieron atención de rutina durante el embarazo.
Se descubrió que el 9% de las mujeres del grupo de TCC desarrollaron ansiedad de moderada a severa en contraposición con el 27% de las mujeres del grupo de atención rutinaria. Respecto a la depresión, el 12% de las mujeres del grupo de intervención la desarrollaron en comparación con el 41% de las mujeres del grupo de atención rutinaria.
“La depresión posparto no sólo daña a las madres, sino que también se asocia con un crecimiento físico más deficiente y un retraso en el desarrollo cognitivo de sus hijos“, señaló la Dra. Surkan. “El vínculo entre la salud materna e infantil resalta la importancia crítica de desarrollar formas efectivas de abordar la ansiedad y la depresión posparto”.
Asimismo, investigaciones anteriores establecen que hasta el 30% de las mujeres en el Sur Global (América del Sur, África y la mayor parte de Asia), informan experimentar ansiedad durante el embarazo, la cual predice el desarrollo de ansiedad y depresión posterior al nacimiento. Por lo tanto, el periodo prenatal se vuelve en un objetivo determinante de intervención.
Síntomas
Hay casos en que las mujeres con depresión posparto lamentablemente lo ocultan por desconocimiento, por lo que es importante tener presente los síntomas, los cuales son:
- Estado de ánimo depresivo o cambios graves de humor.
- Llorar demasiado.
- Dificultad para establecer un vínculo con tu bebé.
- Perdida del apetito o comer más de lo habitual.
- Insomnio o dormir demasiado.
- Terrible fatiga o falta de energía.
- Menor interés y entusiasmo por las actividades que solías disfrutar.
- Intensa irritabilidad e ira.
- Miedo de no ser una buena madre.
- Desesperanza.
- Sentimientos de inutilidad, vergüenza, culpa o ineptitud.
- Menos capacidad para pensar con claridad, concentrarte o tomar decisiones.
- Desasosiego.
- Intensa ansiedad y ataques de pánico.
- Pensamientos sobre lastimarte a ti misma o a tu bebé.
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
Retomando la investigación, sus conclusiones demuestran que intervenciones como las administradas en ella, podrían ser una forma eficaz de ayudar a prevenir el desarrollo de depresión y ansiedad posparto en zonas donde resulta difícil acceder a atención clínica especializada.
“En el futuro, podremos aprovechar estos hallazgos mediante investigaciones de implementación. Una vez identificada una intervención que funcione, el siguiente paso es descubrir las mejores formas de brindar un tratamiento eficaz a las personas que lo necesitan, cerrando la brecha entre la ciencia y la práctica”, aseguró la Dra. Surkan.
Finalmente, sería bueno que proyectos como este se replicarán en nuestro país, donde las cifras nos hablan de un verdadero problema de salud, que con cosas tan sencillas como una intervención podrían ser mucha utilidad para prevenir la depresión y ansiedad posparto en las mujeres y permitirles disfrutar de la llegada de sus hijos.
Recuerda que, si después de seis meses de dar a luz los síntomas de tristeza persisten, es recomendable pedir ayuda profesional para obtener el diagnóstico de la enfermedad.
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