CIUDAD DE MÉXICO.- La vacunación es considerada como una herramienta eficaz para la producción de anticuerpos y activar las defensas del cuerpo para atacar a través del sistema inmunológico diversas enfermedades infecciosas provocadas por virus o bacterias, ya que ha logrado eliminar y prevenir enfermedades por más de 200 años.
Asimismo, la vacunación permite la prevención de enfermedades a lo largo de diferentes etapas de la vida, lo que permite un desarrollo óptimo de los individuos. Hoy en día se pueden prevenir más de 16 enfermedades al completar un esquema de vacunación en edad adulta, como un elemento clave dentro de la medicina preventiva.
De tal manera, con el paso del tiempo las personas envejecen y también lo hace su sistema inmunológico de forma natural, lo cual es conocido como inmunosenescencia, este fenómeno natural incrementa la vulnerabilidad de padecer enfermedades infecciosas, algunas de ellas pueden prevenirse mediante vacunación como tosferina, influenza, covid-19, neumococo, y herpes zóster.
Según datos del Consejo Nacional de la Población, la población de adultos mayores de 50 años es de un 21%, cifra que se ha proyectado aumentará en un 13% para 2050.
Por lo tanto, existen factores que influyen en mejorar la calidad de vida de los adultos, como llevar una dieta balanceada y hacer ejercicio, además, la vacunación es un método para elevar las defensas y prevenir enfermedades, que ayuda a disminuir el ausentismo laboral, licencias por enfermedad e indemnizaciones por secuelas.
Cada nueva vacuna a la que un individuo está expuesto a lo largo de su vida puede educar o modificar la dinámica de su sistema inmunológico, por lo que se requiere un enfoque de vacunación personalizado que pueda ayudar a optimizar la resiliencia inmune.
Por todo lo anterior, es importante promover la vacunación a lo largo de la vida como parte de un paquete de salud y bienestar, que pueda generar un cambio en el enfoque y una mejor aceptación del proceso del envejecimiento.
También, la prevención de enfermedades transmisibles a lo largo de todas las etapas de la vida mediante la inmunización permite un desarrollo óptimo de las capacidades del individuo, lo que intensifica la reserva funcional disponible al envejecer y promueve así una vejez más saludable y activa.
En la edad adulta, la estrategia de inmunización permite conservar la vitalidad a través de la disminución de la morbilidad y mortalidad derivada de enfermedades infecciosas prevenibles.
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