CDMX.- El cáncer puede afectar a personas de todas las edades, en el caso de los niños y adolescentes es una de la principales causas de muerte y cada año se diagnostican alrededor de 274 mil casos entre niños de 0 y 19 años.
Los tipos más comunes de cáncer infantil son: leucemia, cáncer cerebral, linfoma y tumores sólidos (como el neuroblastoma y el tumor de Wilms).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 80% de los niños con cáncer en los países de ingresos altos se curan, mientras que la tasa de curación en los países de ingresos medianos y bajos es del 20% aproximadamente.
Con relación a ello, una investigación publicada en Nature Medicine y dirigida por investigadores del Instituto Nacional de Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) de los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU., encontraron que los factores genéticos hereditarios que predicen el riesgo de nuevos cánceres en los sobrevivientes de cáncer infantil.
Variantes genéticas comunes proporcionan información relevante
Entre los hallazgos se evidencia que la genética puede tener un papel determinante en el desarrollo de cánceres posteriores en sobrevivientes de cáncer infantil, asimismo, sugieren que las variantes hereditarias comunes podrían ayudar a proporcionar información acerca de las pruebas de detención y el surgimiento a largo plazo de aquellos pacientes que se encuentren en una mayor situación de riesgo.
Se tiene conocimiento de que los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un mayor riesgo de desarrollar un nuevo cáncer más adelante a causa de los efectos del tratamiento de cáncer o a factores genéticos hereditarios poco comunes.
En este nuevo estudio, los investigadores evaluaron el efecto combinado de variantes comunes junto con antecedentes de tratamiento con radiación y descubrieron que el riesgo elevado de cáncer eran superior a la suma de las asociaciones individuales para el tratamiento y los efectos genéticos por si solos.
Controlar el riesgo de cánceres posteriores con la composición genética
Al respecto, el investigador principal, Todd M. Gibson, Ph.D., de la División de Epidemiología y Genética de Cáncer del NCI comentó que el tener conocimiento de la composición genética de una persona podría ser de gran ayuda para controlar el riesgo de padecer cáncer posteriores.
“La esperanza sería que, en el futuro, podamos incorporar la genética junto con la exposición al tratamiento y otros factores de riesgo para proporcionar una imagen más completa del riesgo de un sobreviviente de cánceres posteriores para ayudar a guiar su atención de seguimiento a largo plazo”, agregó.
Los investigadores observaron la asociación entre las puntuaciones de riesgo poligénico (riesgo genético que tiene una persona a desarrollar una afección médica particular) y el riesgo de carcinoma de células basales (cáncer que comienza con las células que recubren las partes internas y externas de los órganos), cáncer de mama femenino, cáncer de tiroides, carcinoma de células escamosas, melanoma y cáncer colorrectal, entre 11 mil 220 sobrevivientes de cáncer infantil.
El estudio presenta una limitación: las poblaciones incluidas en la investigación eran predominantemente de ascendencia europea. Es por ello que es necesario realizar estudios adicionales en poblaciones diversas.
“Aunque estos resultados sugieren que las puntuaciones de riesgo poligénico podrían desempeñar un papel en la mejora de las pautas para el seguimiento a largo plazo de los sobrevivientes de cáncer infantil expuestos a la radiación, en este momento no son suficientes por sí solas para alterar las pautas existentes”, concluyó el Dr. Gibson.